Ensayo: El ritmo en la poesía
Por: Cristian Guerrero
El ritmo en
la poesía
El habla es un conjunto de seres vivos, movidos por
ritmos semejantes a los que rige a los astros y las plantas (Octavio Paz, 2015)
Cada cosa que existe en el universo está regida por un
hilo invisible llamado ritmo. Pero aunque conozcamos su existencia, en lo que respecta
a la poesía; se ha tenido una concepción errada de como leerla, ya que cada
poema obedece a un ritmo diferente. El presente
texto se propone mostrar cuál es la importancia del ritmo a la hora de leer
poesía. Adicionalmente, se tocarán algunos aspectos del ritmo en la historia de
la humanidad. Para sustentar lo anterior, se tendrá en cuenta, entre otros, algunas
consideraciones del libro El arco y la
lira de Octavio Paz y el texto la
palabra inesperada de Fernando
Vásquez Rodríguez. Esto con el propósito de darle un soporte teórico que
conjuntamente se relacionará con el poema Hoja
seca de Dulce María Loynaz.
En primer
lugar, para poder entender cuál es la relevancia del ritmo en la poesía, es
importante saber que la lengua; como expresión del pensamiento, está formada de
una composición entre valores que se relacionan mutuamente generando una cadena.
La lingüística define que las palabras son de carácter lineal, puesto que: “no
disponen más que de la línea del tiempo; sus elementos se presentan uno tras
otro; formando unas cadenas” (Saussure, 2007, p.147). Según lo anterior, con
respecto al carácter lineal del lenguaje, cuando el poeta escribe el poema; este
no lo hace con palabras sueltas, ya que estas deben estar relacionadas y transmitir
un sentido. Octavio Paz (2015) sostiene, que
para que se produzca el lenguaje, es necesario que los sonidos y los signos se
asocien y trasmitan un mensaje. En la poesía, el ritmo de estas palabras es el
medio que usa el poema para mostrar las imágenes que son presentadas al lector.
Después de entender cuál es la función de las palabras
en el lenguaje, ahora remitámonos directamente al poema. Este se sirve del
poeta para ser expresado en unidades que son inseparables. Según Octavio Paz (2015)
la célula del poema es la frase poética, sosteniendo que el significado de esta
se funda en el ritmo. Según lo anterior, cada palabra enunciada en el poema
atiende a un ritmo en específico. Estas no son producto del azar o del capricho
del poeta, puesto que el ritmo que suscita su composición le da un significado
e intensidad al poema, lo que hace necesario que no sean declamados atendiendo
a los caprichos del lector. Esto debido a que cada poema responde a un ritmo
característico; determinado estrictamente por el poema.
Como se había enunciado anteriormente, la importancia de
reconocer el ritmo en la poesía radica en que es el único medio que tiene el
poema para conmover y captar la atención del lector. Adicional a esto, es
propicio para crear el ambiente que el mismo poema exige, Octavio paz (2015) afirma
que: “El ritmo provoca una expectación suscita una anhelar. Si se interrumpe,
sentimos un choque”. Esa sensación se
asemeja a una situación en la que se está escuchando una canción y alguien de
repente la detiene. Este choque abrupto provoca que dejemos de escucharla,
puesto que el ritmo se ve interrumpido.
Pero antes de seguir, es pertinente reconocer la
importancia del poeta en la historia. En épocas pasadas, se consideraba al
poeta como un mago, ya que este mediante la palabra, podía componer una oración,
una invocación o un con conjuro. En la actualidad las cosas no han cambiado
mucho, dado que nuestros himnos se sirven de la poesía para hablar en un
lenguaje superior creando así una atmosfera que envuelva a las masas. En
últimas, su fin es el de trasmitir lo mismo que sintieron las demás personas cuando
lo oyeron por primera vez. Es por esto, que cuando no leemos de la forma que
nos exige el poema, no provoca el mismo efecto de impacto. La relevancia de
este en la humanidad es que: “el ritmo no es medida; es visión del mundo.
Calendarios, moral, política, técnica, artes, filosofías, todo, en fin, lo que
llamamos cultura hunde sus raíces en el ritmo” (Paz, 2015, p.59). Nuestra existencia gira en torno a un
ritmo característico; este es la esencia del sentido que le damos a nuestra
vida. En el siguiente poema se permite
evidenciar que este exige la manera en que debe ser leído. El ritmo es el que
va a guiar nuestros ojos en las palpitantes líneas del poema.
Hoja
seca. Dulce María Loynaz
A mis pies la hoja seca viene y va
con el viento;
hace tiempo que la miro,
hecho un hilo, de fino, el pensamiento...
Es una sola hoja pequeñita,
la misma que antes vino
junto a mi pie y se fue y volvió
temblando...
¿Me enseñará un camino?
En
el anterior poema, se puede apreciar que la organización de sus versos, obedece
a un ritmo en específico. En este, el autor además de usar como recurso una estructura
que describe la caída de la hoja muestra además la imagen de un suceso que
acontece; el cual exige que sea leído con detenimiento. El ritmo también,
mediante los silencios y la entonación, revela la atmosfera del poema, y le da
un significado e intensidad. Estos permiten:
(…) afinar el oído, de atender, de entreoír las
infinitas voces del silencio. Tal vez haya que aclarar este punto: nosotros
suponemos que el silencio es una mole, una montaña rocosa; pero estamos
equivocados: el silencio es poroso y llenos de intersticios. El silencio se
parece más a un panal de abejas o a un
arrecife de múltiples corales. (Vásquez, 2017, p.179)
Es importante reconocer que a la hora de leer
poesía es necesario detenernos en cada una de sus estrofas. Según Vásquez
Rodríguez el poema debe ser degustado como una copa de vino: “Los versos hay
que catarlos, oler sus imágenes, degustar su estructura, saborear su cadencia o
su ritmo. No es recomendable apurarlos de una vez; se puede perder lo mejor de
su sabor y su color” (2014, p.138). Entonces, a diferencia de lo que se ha
pensado, no es pertinente que se lea un poema apresuradamente o con un ritmo
impuesto por el lector. Para saber leer poesía debemos sentirla, tomarnos
nuestro tiempo, sentir cada uno de sus versos. Esto se debe a que es una
entidad orgánica que habla a través del ritmo.
Referencias bibliográficas
Paz,
O. (2015). El arco y la lira. México:
Fondo de Cultura Económica S.A
Saussure,
F. (2007). Curso de Lingüística general.
Buenos Aires: Editorial Losada S.A.
Vásquez
Rodríguez, F. (2014). La palabra inesperada. Aproximaciones al poema y a la
poesía. Bogotá: Editorial Kimpres.
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