Comentario literario
Jeeter
Lester un hombre maltratador en la novela
El camino del tabaco de Erskine Caldwell
La novela El
camino del tabaco del escritor norteamericano Erskine Caldwell relata la
historia de Jeeter Lester, campesino y padre de un número indeterminado de
hijos. La historia se desarrolla en torno a la vida de los Lester y sus escasas
oportunidades de sacar algún provecho a las tierras en las que viven en
arriendo. Esta familia se aferra a la vida del campo y se resiste a cambiar sus
tradiciones rurales. La obra se puede enmarcar en el contexto de la época
llamada la gran depresión de 1929, puesto que muestra la desolación rural del
camino del tabaco debido a la caída de las cosechas en ese periodo histórico.
Según lo anterior, El camino del tabaco representa:
“(…) una curiosa verdad, que solo puede expresarse disimulada y encubierta,
disfrazada de lo que no es” (Llosa, 1996, p. 271). Es decir esta obra
representa, entre otros puntos, una sociedad pueblerina e inculta sumergida en
un ambiente lleno de necesidades.
La narración de Erskine
Caldwell se caracteriza por presentar personajes que se dejan llevar por
instintos como: la desesperación, el hambre, el deseo, el egoísmo, entre otros.
Estos comportamientos representan en la obra el eje principal que usa el autor
para ilustrar la decadencia moral de una sociedad. Los personajes encarnan todo
lo que el ser humano guarda de perverso dentro de sí. Por lo tanto, en el
presente texto se pretende abarcar las actitudes de Jeeter Lester que lo
configuran como un maltratador. Esto evidenciado en diferentes acciones donde se
aprovecha de su condición de hombre y maltrata tanto física como
psicológicamente a su esposa Ada, sus hijas Pearl y Ellie May y a la abuela
Lester.
Es necesario recalcar que la
novela se ubica en un contexto donde el hombre “ocupaba” un lugar de mayor importancia
que el sexo femenino. Es decir, esta obra literaria es la representación de una:
“sociedad real, y en su seno los personajes imaginarios reciben influencias,
forman hábitos (…)” (Imbert, 1999, 241). En El
camino del tabaco, Jeeter es el vivo reflejo de la conducta patriarcal de
esa época, donde el hombre era el centro de todas las decisiones.
Para comenzar, Lov Bensey
acude a la casa de Jeeter debido a que Pearl, hija de Lester, no quiere acostarse con él ni dirigirle la
palabra. Expresa que a pesar de múltiples maltratos a Pearl, no logra hacer que
ella ceda a sus deseos. En esta ocasión, Lov piensa que una manera de lograr su
cometido es amarrarla con unas correas, pero antes de poner en marcha su
proyecto consulta a Jeeter porque sabe que él tuvo las mismas dificultades con
su esposa. Para Lov la opinión de su suegro es importante y así lo demuestra el
siguiente diálogo: “Si Jeeter decía que le parecía bien que atara a Pearl a la
cama, lo haría sin vacilar” (Caldwell, 1932, p.9). Es de notar que Lov es
influenciado por la opinión de Lester, ya que considera que este posee más
experiencia. Jeeter al aprobar el maltrato de su hija, deja en evidencia que no
le importa la suerte que sufra, ya que lo que le interesa es que Lov esté
satisfecho. Esto con el fin de no perder la ayuda económica de su yerno.
De igual modo, la actitud
machista y autoritaria de Jeeter se ve reflejada en el trato de su hija Ellie
May. Quien padece de labio leporino y debido a esta imperfección facial nunca
pudo conseguir un marido. Lester propone a Lov que sustituya a Pearl por Ellie
May prometiéndole que esta aceptará cumplir con todo lo que le plazca. Posteriormente,
Jeeter instruye a su hija y la obliga a que vaya a su casa y sacie todos sus
deseos. En el siguiente diálogo se nota la verdadera intensión que Lester tiene
al mandarla a la morada de Lov: “Vuelve
aquí por la mañana, (...) , y trae algo de comida, ¿oyes? —le gritó—. Lov gana
un dólar por día en el cargadero, (...) Recuerda eso” ( Caldwell, 1932, p. 118). De manera que lo dicho por Jeeter refleja que este se
aprovecha su figura paterna para usar a su hija como un objeto y así obtener
beneficios.
Por otra parte, la conducta maltratadora de Jeeter se puede ver
reflejada en el trato que este tiene con su esposa Ada. Esta al igual que
Pearl, al comienzo de su matrimonio no le dirigía la palabra. Jeeter en
consecuencia la torturaba quitándole la comida: “su silencio lo había roto el
hambre; el hambre le había aflojado la lengua y desde entonces vivía
quejándose. (Caldwell ,1932, p.7).
Adicional a esto, Ada quería marcharse como lo hicieron varias de sus
hijas. Esto con el fin de escapar de la miseria, y conseguir lo que ella más
añora: un traje nuevo para ser sepultada. Pero Jeeter nunca la escucha y se
opone rotundamente, demostrando así una actitud autoritaria: “Morirá y será
enterrada con ese vestido de percal amarillo que lleva ahora. Le quité de la
cabeza a Ada la idea de quererse escapar, pero esas chicas eran demasiadas para
que pudiese cuidarlas, así que se me fueron” (Caldwell, 1932, p.115). Lo
anterior deja en evidencia el maltrato psicológico por parte de Jeeter y su
insistencia en hacer lo que a él le plazca. Con la expresión “se me fueron”
denota que sus hijas y esposa representan para él una pertenencia material, además
hace creer que la mujer no es capaz de vivir por si sola y debe estar sometida.
Por último, la agresividad de Jeeter se puede constatar en los
constantes abusos contra la abuela Lester. Este personaje vive relegado a la
voluntad de sus familiares, en especial de Jeeter, siendo marginado y privado
de la alimentación: “y no sólo nunca le daba comida, sino que trataba de
impedir que la consiguiera” (Caldwell,1932, p.50). La abuela solo sobrevive de
las migajas de la familia y de los ocasionales robos de
tabaco que comete en la cocina de la casa. Jeeter en varias ocasiones se
percata de estos hurtos y, en consecuencia: “le había pegado varias veces por
haber hecho eso, y le dijo que la mataría si otra vez la pillaba robando
tabaco, pero habían veces en que no le hubiese importado morir (…)” (Caldwell,
1932, p. 29). Dicho lo anterior, la actitud violenta de Lester muestra su
hábito de resolver todo por medio de actos violentos, sin importar las graves
implicaciones que puedan llegar a tener sus impulsos.
Para concluir, se puede
evidenciar que el El camino del tabaco es una obra en la que predomina la figura autoritaria y agresiva de Jeeter
Lester. Lo anterior es reflejado en las marcadas agresiones psicológicas y físicas
hacia su núcleo familiar. En un primer momento, este personaje influencia a Lov
a que realice actos violentos para lograr la sumisión de su esposa Pearl. Es
decir, para Jeeter todo se soluciona por medio de la presión y la violencia.
De igual modo, es posible constatar que su personalidad
dominante se muestra en la forma en cómo trata a su hija Ellie May, ya que la
usa como un objeto para sus propios intereses. En este punto, es de notar que él
se cree el dueño absoluto del destino de sus dos hijas. Igualmente, Lester maltrata
psicológicamente a Ada, lo cual se evidencia es su actitud machista al no
dejarla tomar sus propias decisiones. En ocasiones este la atormenta con que su
última voluntad no será cumplida. Por último, se puede ver que este sujeto
maltrata a la abuela Lester de distintas formas sin impórtale si muere algún
día a causa de sus abusos.
Referencias bibliográficas
Caldwell, E. (1932)
El camino del tabaco. editorial:
Terapias verdes / Navona. Barcelona
Imbert, E. A. (1999). Teoría y técnica del cuento.
Barcelona: Editorial Ariel.
Vargas Llosa, M.
(1996). “El arte de mentir”. En: Teoría de la novela. Antología de textos del
siglo XX. Sullà, E. (Ed.). Barcelona: Crítica.
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